YANN TIERSEN
Monterrey, Nuevo León.- La noche del sábado 4 de junio en el Auditorio Pabellón M se presentó Yann Tiersen, el músico francés famoso por componer la banda sonora de películas como Amélie, Tabarly o Good Bye, Lenin! y en esta ocasión nos dio a conocer su más reciente espectáculo #YannTiersenLive.
Después de cancelar su gira europea de principio de año dado el alza de contagios de Covid-19, Tiersen ahora por fin logró cruzar el Atlántico para presentar el disco en vivo previo a su lanzamiento el próximo 10 de junio.
El 1 de junio se presentó en el Auditorio Nacional de la CDMX, el 2 de junio en la ciudad de Querétaro en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, para seguir la gira en Guadalajara el 3 de junio y terminó su gira en nuestro país, aquí en la ciudad de Monterrey, para continuar con fechas en los Estados Unidos y Canadá.
El multiinstrumentista continúa viviendo y haciendo su música en la pequeña isla francesa de Ushant, ubicada frente a la costa de Bretaña en la entrada suroeste del Canal de la Mancha. Comenzó a aprender piano a la edad de cuatro años, a violín a la edad de seis y recibió formación clásica en academias musicales en Rennes, Nantes y Boulogne. Luego, a la edad de 13 años, optó por cambiar su destino, rompiendo su violín en pedazos, comprando una guitarra y formando una banda de rock.
La noche inició con un saludo del músico francés diciendo “Hola, que tal” para luego vivir una pequeña falla técnica, a lo que el músico se acercó al micrófono para decir: “It´s life!” el público respondió con un aplauso y algunas risas ya que Tiersen lo dijo con algo de humor.
Sobre el escenario Tiersen y su invitado nos llevaron al punto mismo de la creación, en la oscuridad el sonido de unas gotas, y en el principio el espíritu caminó sobre las aguas, las proyecciones de gotas salieron del escenario y colmaron las paredes, el techo, a la audiencia y el goteo se volvió mar, (su sonido acuoso fue un poco agridulce por la escasez de agua que vive el Estado), la música siguió y fue creciendo de esas gotas, a sentir la presencia de una ballena, y sentí que su música nos hablaba de la naturaleza y del origen de la materia.
Los apoyos visuales remiten a gotas, a partículas esféricas que puede tratarse de nosotros mismos, la siguiente pieza las imágenes eran humanoides en vueltas en fuego, otras de cristales negros, las luces, los elementos jugaron con la belleza y poder de la naturaleza.
Durante la hora y media que duró el recital pocas veces interactuó con el público, su concentración estaba al cien por ciento en sus dispositivos.
En una pieza lo acompañó una cantante quién integró su voz al paisaje sonoro, un concierto totalmente electrónico con un sonido atemporal que logró cautivarnos por completo. Y no, no tocó ninguna composición que fuera parte del soundtrack de Amelie.
Atentos el 10 de junio, día en que podremos disfrutar este exquisito material en todas las plataformas.
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